viernes, 10 de julio de 2020

Crisis de las Carolinas

La Crisis de las Carolinas fue un conflicto que enfrentó en 1885 a España con Alemania por la posesión del archipiélago de las Islas Carolinas, ubicadas en el océano Pacífico.

Mapa de las Carolinas
Mapa de las Carolinas

En el océano Pacífico existían amplias zonas que se encontraban solo teóricamente bajo dominio de la Corona española, lo que planteaba un gran problema en una época en la que los imperialismos estaban en auge. Los problemas comenzaron en 1870, ya que tanto el Imperio británico como el Imperio alemán tenían intereses en el Pacífico sur lo suficientemente importantes como para cuestionar la soberanía española en las Carolinas. El 7 de marzo del 85, España concedió el norte de Borneo a los británicos, además de franquicias comerciales en las Filipinas, sin embargo esto no fue suficiente para apaciguar las relaciones diplomáticas. En abril del mismo año, Londres y Berlín llegaron a un acuerdo sobre sus respectivas esferas de influencia, colocando dentro de la alemana el archipiélago de las Carolinas.

Ante tal situación, por parte española se decidió realizar la ocupación del archipiélago y la toma de posesión definitiva, preparándose en Manila una expedición compuesta por dos transportes de tropas. Mientras tanto, el embajador alemán en España comunicó al gobierno español la intención de su país de ocupar las Carolinas al considerarlas territorio sin dueño, lo que provocó la oposición española con grandes revueltas y manifestaciones patrióticas contra los alemanes.

El 22 de agosto llegaron ambos transportes españoles al archipiélago, comenzando los preparativos para levantar acta de posesión. El día 25 arribó un cañonero alemán del que los españoles no recelaron hasta que un oficial alemán comunicó la toma de posesión por parte de su país. Los españoles, ante la igualdad de fuerzas decidieron retirar el pabellón, aunque la tensión entre ambos bandos persistió.

Ilustración de un cañonero alemán
Ilustración de un cañonero alemán

La reacción en España al saberse lo acontecido en el pacífico estuvo plagada de alborotos populares, intento de ataque con rotura de escudo y bandera de la embajada alemana en Madrid, y alteraciones similares en las principales capitales, considerando la actuación alemana poco menos que pirática y provocadora. 

Sin embargo, la Armada Española no estaba preparada para responder ante tal provocación debido al atraso tecnológico y al mal estado de conservación de sus buques frente a la Marina Imperial Alemana (Kaiserliche Marine), considerada una marina de segundo orden pero muy superior a la española debido a la gran calidad y cantidad de sus buques, su gran organización y el gran despliegue de la industria pesada alemana.

Ataque a la embajada alemana en Madrid en 1885
Ataque a la embajada alemana en Madrid en 1885

Insignia de la Marina Imperial Alemana (Kaiserliche Marine)
Insignia de la Marina Imperial Alemana (Kaiserliche Marine)

Ante esta situación, España propuso el arbitraje papal, aceptado por el canciller Otto von Bismark, para solventar este enfrentamiento. La Santa Sede emitió un laudo, firmado por ambas potencias el 17 de diciembre de 1885 según el cual España conseguía la soberanía del archipiélago pero concedía la Imperio alemán la libertad de comercio, navegación y pesca, además de una estación naval y un depósito de carbón para la marina alemana.

Otto von Bismark, el canciller de hierro
Otto von Bismark, el canciller de hierro



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