Batalla de Cavite

La Batalla de Cavite fue un combate naval entre las fuerzas navales estadounidenses y españolas, que tuvo lugar en la bahía de Manila durante la Guerra hispano-estadounidense en 1898.

Ilustración de la Batalla de Cavite

La escuadra estadounidense estaba conformada por seis buques, el Baltimore, el Boston, el Petrel, el Raleigh, el Concord y el navío insignia, el Olympia.

Por parte española, la escuadra contaba con siete navíos, el Castilla, el Isla de Luzón, el Isla de Cuba, el Don Juan de Austria, el Velasco, el Don Antonio Ulloa y el buque insignia, el Reina Cristina.

Pese a ser los buques españoles un poco más viejos que los americanos, estos se encontraban únicamente en mitad de su ciclo de vida, por lo que en Cavite se enfrentaron dos escuadras que "a priori" se encontraban casi equilibradas en fuerzas, teniendo las fuerzas americanas una ligera ventaja al ser sus buques en general más grandes, rápidos y potentes.

Buques americanos con los españoles en segundo plano

A pesar de esto, cabe destacar el estado deplorable en el que se encontraban los buques españoles y que el arsenal de Cavite había quedado obsoleto para las necesidades de estos, además de la falta de preparación del personal que componía la Armada Española.

Al efectuar la flota americana su entrada en la Bahía de Manila, las baterías costeras empezaron a disparar, sin embargo, la gran distancia a la que se encontraban los buques hizo que fuese imposible que les alcanzasen.

Una vez llegaron los estadounidenses a Cavite, abrieron fuego contra la escuadra española, concentrando su fuego en el Castilla y el Reina Cristina, que recibieron grandes daños.

Mapa del combate naval de Cavite

Tras dos horas y media de combate, la situación española no era tan mala como cabría esperar, ya que solo en dos de los navíos la situación era casi insostenible debido a los graves daños y las numerosas bajas, pero el resto continuaba en condiciones de soportar sin problemas los ataques americanos durante bastante tiempo.

Ante esto la flota americana ordenó la retirada para poder dar de comer a las cansadas dotaciones, siendo su situación preocupante, ya que a pesar de haber consumido la mitad de sus municiones no habían hundido ningún navío enemigo. Mientras tanto, el almirante español dio el combate por perdido y ordenó el abandono de sus buques.

El almirante americano, gratamente sorprendido por lo que estaba ocurriendo, decidió reanudar su ataque ensañándose con lo poco que quedaba a flote de la escuadra española.

La flota americana acaba con la escuadra española

Parece claro que la decisión española de hundir sus buques fue algo precipitada, debido al escaso porcentaje de acierto estadounidense y al buen estado en el que todavía se encontraban la mayoría de navíos españoles. La Batalla de Cavite resultó en una derrota total y una premonición de lo que ocurriría en Santiago de Cuba.