viernes, 1 de mayo de 2020

Milagro de Empel

La Batalla de Empel, también conocida como el Milagro de Empel, tuvo lugar entre el 7 y el 8 de diciembre de 1585, durante la Guerra de los Ochenta Años, enfrentando, en los Países Bajos Españoles, a los rebeldes holandeses contra un Tercio del ejército español.


Una escuadra naval formada por entre unos 100 y 200 barcos rebeldes holandeses se encontraban asediando la isla de Bommel, localizada entre los ríos Mosa y Waal, en la se encontraba el Tercio Viejo de Zamora, formado por unos 5.000 hombres y comandado por el maestre de campo Francisco Arias de Bobadilla. La situación del Tercio era crítica ya que al estrechamiento del cerco había que sumarle la escasez de víveres y ropajes secos.

Representación del cerco a las tropas hispánicas
Representación del cerco a las tropas hispánicas

El almirante de la escuadra rebelde Filips van Hohenlohe-Neuenstein propuso la rendición honrosa a las tropas hispánicas, pero la respuesta de estas fue clara: “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”. Ante esta respuesta, el almirante holandés abrió los diques de los ríos para inundar el campamento español, quedando únicamente sin inundar el montecillo de Empel, que da nombre a esta batalla, donde se refugiaron los soldados del Tercio.

El maestre de campo del Tercio mandó a sus hombres cavar trincheras para resguardarse del fuego de artillería enemigo. Uno de estos hombres se encontró con un objeto de madera que estaba enterrado allí y que resultó ser una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

Cuando el hallazgo fue anunciado se colocó la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, al considerar este hecho como una señal de protección divina, instó a la soldadesca a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada.


Descubrimiento de la tabla
Descubrimiento de la tabla

Esa noche se desató un viento muy inusual e intensamente frío que heló las aguas de uno de los ríos que rodeaban el montículo de Empel, inmovilizando a los barcos flamencos que asediaban a las tropas hispánicas y permitiendo que estas últimas pudieran cruzar el río a pie y atacar por sorpresa a las tropas enemigas.

Los soldados del Tercio aniquilaron a las tropas enemigas y quemaron todos los barcos de estas obteniendo una victoria total. El propio almirante holandés, ante tal derrota llegó a pronunciar las siguientes palabras:
"Tal parece que Dios es español al obrar tan grande milagro"


Ataque de los Tercios a los barcos enemigos
Ataque de los Tercios a los barcos enemigos

Los Tercios salen victoriosos
Los Tercios salen victoriosos

Debido a esta gran victoria y al milagro ocurrido, en el que el Tercio Viejo de Zamora se enfrentó y derrotó en condiciones muy adversas a los rebeldes holandeses, a la Inmaculada Concepción se la proclamó patrona de los Tercios de Flandes e Italia y, desde 1892, patrona de la infantería española por orden de la regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, celebrándose su festividad el 8 de diciembre por el Milagro de Empel.

Actualmente, en el lugar de la batalla se encuentra una pequeña capilla con la figura de la Inmaculada y una placa que recuerda lo que allí sucedió en 1585.



No hay comentarios:

Publicar un comentario